Ya no quedan conejos en Cantabria, ¿quieres saber por qué? La protagonista de este microrrelato y su compañera Carlota los compraron todos y se los llevaron a Cuenca. Conoce los detalles de este curioso viaje leyendo el microrrelato de Soraya.
Cien conejos color caoba compré en Cantabria con mi compañera Carlota. Cien cajas compramos para colocarlos en un carro de cuatro caballos color café y un cochero cojo. Cuando circulábamos por la carretera una caja se movía, la abrí y una coneja dormía. Al lado había cuatro conejos color crema. Cuando llegamos a Cuenca una chica llamada Coral compró cinco. Los otros se los vendí a un conquense que quería cocinarlos pero, compadecido, nos los devolvió. Carlota se los llevó con cariño, y los soltó en un cercano bosque de coníferas de Cuenca.
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