Mario, Amaya, María Galindo, María Gómez, Claudia, Sergio y Adrián. |
AMAYA ÁLVAREZ.
Rosa salió de la entrada del conservatorio, se dirigió al coche y lo arrancó. Acababa de orquestar su primera pieza musical. Absorta en sus pensamientos, chocó con un camión. Ella permaneció impertérrita, pero perdió el conocimiento. Se despertó en el hospital. No recordaba nada. Al parecer el traumatismo en la cabeza le había provocado amnesia.
CLAUDIA CAMEÁN.
Miguel sospechaba que se estaba orquestando algo en su clase. Por más que preguntaba a sus alumnos, le respondían impertérritos que ellos no sabían nada. Parecía que todos sufrieran de amnesia. Así que se llevó una gran sorpresa al ver la fiesta de despedida que le habían preparado.
ADRIÁN COBO.
En el periódico de ayer, ha salido una noticia muy impactante. En un pueblo de Cantabria, un ladrón orquestó un robo al banco principal. La mañana que decidió perpetrar su fechoría, los dos cajeros estaban preparados para abrir la sucursal pero fueron sorprendidos por el malhechor con una pistola en mano.Uuno de los empleados se mantuvo impertérrito ante lo que estaba sucediendo, mientras que el otro, aterrorizado, corrió hacia la alarma. El ladrón lo amenazó con un disparo y el cajero cayó al suelo desmayado. Todavía hoy no se acuerda de nada, sufre amnesia.
SERGIO FLÓREZ.
Estábamos en la mitad del partido, un jugador del equipo contrario marcó un triple. De repente, un abuelo de entre tantos en las gradas, empezó a orquestar la melodía de una canción de Frozen. Ricardo, un pivot de nuestro equipo, se quedó impertérrito ante lo que ocurría, mientras todos alucinábamos. Él, en cambio, siguió corriendo sin mirar, se chocó contra la canasta y fue tal el golpe que aún sigue sufriendo los efectos de la amnesia.
MARÍA GALINDO.
Mi hermano padecía amnesia. Siempre permanecía distante, orquestando en su mente piezas de música dignas de una banda que al rato olvidaba. Era muy impertérrito, ni siquiera yo con mis gritos lo asustaba.
MARIO GARCÍA-OLIVA.
Nada más salir, decidí poner en marcha el plan que había orquestado anteriormente. Aceleré con el coche hasta notar un fuerte impacto contra el suyo. La mujer que acababa de golpear siempre había sido muy impetérrita, ya que nunca la habían intimidado mis amenazas, aunque esta vez se habian hecho realidad. Sin embargo, nunca lo pudo contar porque entró en un estado amnésico del que nunca salió.
MARÍA GÓMEZ.
Luisa era una persona muy impertérrita. Sus amigos siempre orquestaban grandes sustos, que nunca surtían efecto. Hasta que un día ella tuvo un accidente de coche que le provocó amnesia, y ahora es muy miedosa.
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