martes, 12 de mayo de 2015

Los alumnos de Las Llamas siguen contando historias en los fogones de "La cocina del microrrelato"

La biblioteca os presenta las historias más destacadas de la tercera semana de "La cocina del microrrelato". 


María Diego (3ºA)
El borracho  fanfarroneaba sobre su futuro con incongruentes palabras debajo de la marquesina del autobús. 

Paula Gandarillas (3ºA)
Ya está el fanfarrón de turno en la marquesina escupiendo palabras incongruentemente… Mejor voy en tren.

Mi primo tiene un discurso incongruente, se ha quedado en paro y fanfarronea con comprarse un ferrari y estrellarlo contra la marquesina.

Hay mucha gente que, incluso en la marquesina del autobús, fanfarronea incongruentemente con cualquier persona sobre su maravillosa vida. 

Pasada la tarde ya era hora de volver. Nos dirigimos a la parada y esperamos bajo la marquesina hasta que viniera el tranvía. La mujer que esperaba junto a nosotros comenzó a fanfarronear. Sus incongruentes palabras eran algo molestas, por lo que decidimos continuar caminando hasta la siguiente estación.

Me asomé a la ventana para observar el incongruente alboroto que había causado mi vecina, la del séptimo, al lado de la marquesina. Un coche acababa de atropellar a su querido y desobediente caniche, y el conductor del vehículo fanfarroneaba ante la pobre mujer.

Tras tanta caminata, nos detuvimos a descansar debajo de una marquesina. Mi primo, como de costumbre, comenzó a fanfarronear y a soltar incongruencias y, cuando ya no lo aguantaba más, le mandé a paseo y le dejé tirado.

Isabel Foronda (3ºB)
Iba caminando, había sido muy incongruente por mi parte no haberme refugiado bajo la marquesinacuando había caído aquella tormenta. Ahora iba a llegar mojada a esa fiesta que, con seguridad, iba a estar llena de gente que lo único que sabe hacer es fanfarronear.

Patricia Manteca (3ºB)
Mis incongruentes pemsamientos hicieron que me distrajera, justo cuando iba a entrar al instituto. Choqué contra la marquesina, y rápidamente comencé a fanfarronear.

Celia Bustillo Franch (3ºB)
El fanfarrón se tiró de la marquesina en un acto incongruente. 

Celia estaba esperando a Marcos en la marquesina cuando este llegó fanfarroneando de sus notas, ya que según él había sacado un siete en matemáticas. Ella leyó las observaciones de la profesora de matemáticas, que no eran buenas,  y le dijo que era incongruente, y es que ambos habían leído mal y el siete resultaba ser un uno.

Carla Delgado (3ºC)

Y aquel peculiar hombre vestido de superhéroe, no paraba de fanfarronear y de decir cosas incongruentes en la marquesina del bus 66. De repente, dos hombres se lo llevaron tras haberle puesto una extraña camisa blanca. 

Juan Ventosa (3ºB)
Mi abuela llevaba fanfarroneando toda la mañana de su marquesina de cristal. Pero no fue justo hasta que me acerqué a ella, cuando me di cuenta de la gran incongruencia que se producía, ya que aquel alfiler era de madera.

Beatriz Oria (3ºC)
Me encontraba resguardado de la lluvia en aquella marquesina. A mi lado, había una pareja discutiendo. Él gritaba. Ella lloraba. Él no paraba de fanfarronear cosas incongruentes, que si era mejor que ella, que si no le merecía, que si era una basura de persona… Entonces, ella dejó de llorar y bajo la atenta mirada de todas las personas que nos hallábamos allí, cogió su móvil y llamó al 016.

Tatiana Ilami (3ºC)
Él fanfarroneaba sobre cómo se subió a aquella marquesina en el momento más incongruente ya que, mirándole con mucha rabia, estaba el constructor presente.

Doina Burdila (3ºC)
Tras acabar el partido de fútbol, comenzó a llover. Héctor y yo nos refugiamos en una marquesina. Como siempre, él empezó a fanfarronear sobre su jugada intentando impresionarme,  pero su relato era tan incongruente que lo único que consiguió fue hacerme reír.

Natalia Martínez (3ºC)
El otro día tuve un sueño incongruente. Un unicornio morado aterrizó en la marquesina de la parada de enfrente. Cuando me vio se acercó y, aunque parezca extraño, hablamos durante largo rato. Me di cuenta de que era bastante fanfarrón, pero aun así me caía bien. Después, me llevó volando al país de los sueños que estaba lleno de unicornios, pingüinos y fuentes de chocolate.

Al despertar pensé en dos cosas. Uno, que era de los sueños más raros que he tenido. Dos, estoy demasiado obsesionada con esos animales y ese dulce.

En la reunión Luis fanfarroneaba de lo fácil que resultó colocar la marquesina la parada del autobús, aunque visualmente fuera incongruente con el paisaje.

Corrí a refugiarme de la perseverante lluvia en la marquesina, donde cada día esperaba a aquel autobús que me llevaba al trabajo, atestado de aún somnolientos ciudadanos. Una vez dentro, vi a un chico fanfarronear con incongruentes argumentos ante una anciana que le pedía su asiento. Su cuerpo caería desplomado si no se sentaba. Mi abuelo tenía razón, habíamos conseguido crear una sociedad egoísta y codiciosa, que no manifestaba signo alguno de altruismo por mínimo que fuese.

Elena Díaz (3ºC)
Durante el chaparrón veraniego esperaba impaciente a que aquel chico tan conocido por su afán por fanfarronear llegase. Mientras aguardaba intentaba resguardarme de la lluvia bajo la marquesina.
Realmente era incongruente que yo estuviera ahí esperándole después de todo lo que había pasado entre nosotros.


Beatriz Fernández Rabadán (3ºC)
El tonto de la clase siempre fanfarronea diciendo que esperará al autobús subido en lo alto de la marquesina. ¡Qué incongruente!, en educación física no es capaz de subir por la espaldera.

Francisco Matorras (3ºC)
Cuando me acerqué a la marquesina aquel chico ya estaba allí. Era uno de esos que no paraba de fanfarronear en clase. Pero en el momento en que lo vi estaba llorando. Me parecía algo completamente incongruente e ilógico pues nunca le había visto hacer tal cosa.

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